Gregorio, en vez de salir a jugar en el recreo, buscaba varios lugares co?modos para dormir, como el marco de la puerta, escondido entre las mochilas o bajo el refali?n. La profesora Lucila, preocupada, le pregunto? si dormi?a en la noche. Gregorio respondio? que no porque tiene pesadillas. La profesora Lucila lo abrazo? y le dijo: ?No tengas miedo, piensa en tu a?ngel guardia?n. "Cre?eme, es verdad; no es cuento, hay un A?ngel Guardia?n"...