¡La vida es una peregrinación!Aquellos que lo ignoran padecen los sufrimientos de la existencia, otros la recorren plenamente y se aseguran de usar la sabiduría de quienes nos han precedido para lograr una meta, la realización de su naturaleza divina, en otras palabras, la realización del Sí mismo.El libro de mi amigo Carmelo Ríos es un peregrinaje iniciático del hombre y del alma, a través de las diferentes etapas que cada uno de nosotros puede aprovechar para prepararse la siguiente estancia.Conozco a Carmelo desde hace más de cuarenta años, hemos coescrito un libro juntos, y viajado por Oriente, y entiendo su interés por Egipto, que durante siglos ha sido el depositario de la Tradición transmitida a través de sus escuelas iniciáticas, punto de atracción de los más grandes sabios de Creta y Grecia.Evocar la gran y sublime figura de Akhenaton, el puro monoteísta, es invocar la no menos sublime presencia de grandes sabios como Pitágoras de Samos o Apolonio de Tiana.Finalmente, es útil evocar también el lugar donde se conoce el plan de la Divinidad, este lugar conocido por hindúes y budistas con el nombre de Shamballa, la Casa del Padre, el centro de la Tradición Primordial, al que naturalmente nos lleva el Hijo, el Cristo.¿No es el camino iniciático propuesto por el autor, en última instancia, para hacer florecer en nuestros corazones ese Cristos individual y universal? Depende de todos descubrirlo, dejándose guiar por la luz que esta obra busca trasmitir.Estoy seguro de que será una fuente de profunda inspiración para los lectores y un paso más en nuestra búsqueda de la belleza, el amor y la verdad.
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