Retroceder hacia el pasado nos adentra en un país extranjero, porque no hay nada más cambiante que nuestros recuerdos. Los lugares que habitamos se vuelven puntos de fuga, mientras conectamos su geografía con historias lejanas. Eso es lo que debemos pedirle a un libro: que nos proponga un viaje y que ese trayecto nos cambie la vida. Con Rebeca Hernández emprendemos ese camino. Hacemos nuestros sus lugares visibles e invisibles, interiorizamos sus recuerdos, nos dejamos llevar por leyendas medievales y su forma de hacer presente una ficción del pasado, buscamos qué hay en la memoria que también nos interpele. Habitamos en sus páginas un mundo de fantasmas, de presencias ausentes. Somos Mondego, Coímbra y las vivencias oscuras perdidas en la noche de los tiempos. Por eso somos, también, Joana Ayres.
Álex Chico
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